Padre Chulalo: hay que dejar de lado la maldad, la división y la exclusión

15.10.2013 14:52
 
 
 
 

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Por segunda semana consecutiva, los trabajadores del ejecutivo regional comenzaron su jornada laboral con bendiciones, a través de una misa, en esta oportunidad, oficiada por el padre Chulalo, en las instalaciones del auditorio Julio Pérez Rojas de la gobernación; lugar que fue acondicionado para celebrar esta santa eucaristía, en la cual nuevamente asistió el Gobernador Progresista, Henri Falcón, quien resaltó que “renovamos la Fe con las sabias reflexiones del padre Chulalo y con la guía de nuestro Señor Todopoderoso”.

La santa misa comenzó con canticos y alegrías a la espera de bendiciones y paz, lo que mayormente necesita el ser humano, venga de donde venga. Sin división alguna ya sea de partido político o de religión.

La reflexión del padre Chulalo se centró en el amor. Fue enfático al decir que quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor y él es tan perfecto que coloca en esta vida instrumentos como la misa, la sagrada palabra y la oración para que sus hijos aprendan a amar.

El padre hizo mención a la falta de paz que existe en el mundo y, al centrarse en Venezuela, comentó que hemos sido objeto de divisiones que tanto daño hacen.

Expresó que se debe dejar de lado los resentimientos, la maldad, la mezquindad, la división, la exclusión, porque aseguró, que satanás coloca en la vida de cada persona la ira y la rabia, especialmente, en momentos de angustia.

 “Soy un hombre de Dios y por ende me debo a la gente sin distinción alguna. La idea es fortalecer la fe de los pueblos para lograr la paz, es por ello, que debemos comenzar por sanar las heridas del alma a fin de lograr ser personas de bien”.

Es en ese caso, expresó, es ahí cuando más se debe fortalecer la fe cristiana, en los momentos de dolor. “Debemos agradecer por un nuevo amanecer, por vivir, por respirar, por las sonrisas de los niños, por la unión familiar, la prosperidad de nuestros corazones, por nuestros trabajos, por nuestros compañeros y amigos, para que se multipliquen las verdaderas bendiciones”.

Debemos dejar de lado los resentimientos. “El amor es paciencia, servicio y no tiene envidia. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira sino que olvida las ofensas y perdona. Siempre le agrada la verdad, disculpa todo, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta y lo más importante de las bendiciones es que Dios vea en ti una persona de bien.